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¿Se acuerdan del Manifiesto del 16 de enero de 1844?

Santo Domingo , RD.- El 16 de enero de 1844 marcó un hito en la historia dominicana, aunque los historiadores no se ponen de acuerdo sobre si este acontecimiento se le debe atribuir a Francisco del Rosario Sánchez o a Tomás Bobadilla.

El hecho trascendental que estableció una línea entre dos pueblos totalmente diferentes no es más que “El Manifiesto del 16 de Enero del año 1844”.

Este acto solemne sentó las bases para lo que es hoy una República Dominicana soberana y libre.

El manifiesto expresa las razones fundamentales por las cuales se requería la separación de Haití; en él se describe el dolor y la angustia que se vivía bajo el gobierno haitiano.

Han transcurrido 181 años desde este trascendental acontecimiento; es necesario resaltar el impacto ideológico que tuvo este pacto, que unió a sectores totalmente opuestos en una misma visión: la de una República Dominicana libre y soberana.

Este acuerdo marcó un hito como el primer momento de unidad entre dos corrientes políticas opuestas, cuyo esfuerzo culminaría en el proceso independentista iniciado el 27 de febrero de 1844.

Algunos fragmentos destacados del manifiesto:

“He aquí porque los pueblos de la Parte del Este de la Isla antes Española o de Santo Domingo, usando del suyo, impulsados por veinte y dos años de opresión y oyendo de todas partes los clamores de la patria, han tomado la firme resolución de separarse para siempre de la República Haitiana, y constituirse en estado libre y soberano. Veinte y dos años ha que el Pueblo Dominicano por una de aquellas fatalidades de la suerte, está sufriendo la opresión más ignominiosa.”

Este extracto denuncia las condiciones de opresión y pérdida de derechos que enfrentaron los dominicanos bajo el régimen haitiano, estableciendo una base moral y política para la separación.

“¡DOMINICANOS! (Comprendidos bajo este nombre todos los hijos de la parte del Este y los que quieran seguir nuestra suerte) ¡A la unión nos convoca el interés nacional! Por una resolución firme mostrémonos los dignos defensores de la libertad: sacrifiquemos ante las aras de la patria el odio y las personalidades…”

En este pasaje se hace un llamado a la unidad nacional, exhortando a los dominicanos a superar diferencias personales y priorizar el interés público y la causa de la libertad.

El manifiesto también establece la estructura organizativa provisional del naciente estado, dividiendo el territorio en provincias y creando una junta de gobierno con poderes transitorios hasta la formación de una constitución. Esta visión pragmática sentó las bases para la consolidación de la soberanía dominicana.

En su conjunto, el manifiesto no solo expresa la voluntad de separación, sino que también organiza las bases de un proyecto político que buscaba garantizar la autonomía del nuevo estado. Su conmemoración es, por tanto, un recordatorio de los principios de unidad, libertad y autodeterminación que fundaron la República Dominicana.

En estos días, cuando el país atraviesa una crisis en lo que a temas migratorios se refiere, reflexionar sobre “El Manifiesto del 16 de Enero” es crucial para recordar por qué se luchó en el pasado y por qué es necesario pelear simbólicamente en el presente.

El esfuerzo de todos los patriotas no debe ser tomado a la ligera; sus lágrimas y sangre están en la tierra que muchos quieren usurpar.

Este manifiesto, considerado como el “Acta de Independencia” de la República Dominicana, fue un documento redactado antes de la fundación de la República. Contiene un análisis negativo de la administración de Jean Pierre Boyer, incluyendo fragmentos de tipo jurídico-ideológico. Fue aprobado y firmado por los principales líderes del partido trinitario, así como por representantes del sector conservador de la época, lo que lo convierte en un texto de factura colectiva.

Entre los firmantes del documento, que circuló en Santo Domingo y otras localidades, estuvieron Francisco del Rosario Sánchez, Matías Ramón Mella, Tomás Bobadilla, Jacinto de la Concha, Juan Nepomuceno Ravelo y Felipe Alfau.

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