Santo Domingo – Un análisis reciente sobre el panorama laboral y económico de la República Dominicana revela una serie de problemáticas estructurales que están impidiendo una mejora sustancial en las condiciones de vida de la población trabajadora.
Entre los principales hallazgos, se destaca que la formalidad laboral no garantiza condiciones dignas, ya que está marcada por la precariedad, la sobreexplotación y el uso de la mayoría de la población como «ejército de reserva», lo que contribuye directamente a los altos niveles de pobreza.
Asimismo, se advierte que los bajos salarios no solo son resultado de la informalidad, sino también de su persistencia en sectores formales de la economía. Esto se ve agravado por el hecho de que los sectores económicos con mayor presencia de subsidios, como el turismo y las zonas francas, suelen pagar los salarios más bajos, pese a su estructura privilegiada de costos.
Otro de los puntos críticos es la desconexión entre el crecimiento económico del país y la productividad laboral, una situación estructural y persistente que demanda políticas públicas orientadas a mejorar los ingresos reales de los trabajadores.
Finalmente, el informe subraya que muchos dominicanos con ingresos bajos, en especial aquellos con salarios mínimos o en empleos precarios, deben recurrir a actividades adicionales para poder satisfacer las necesidades básicas de sus hogares.
Este diagnóstico pone en evidencia la urgencia de implementar reformas laborales y económicas que prioricen el bienestar del trabajador y una distribución más equitativa de los beneficios del crecimiento económico.
