Mundo paralelo

Santo Domingo
La República Dominicana es una isla que está dividida territorialmente con Haití, pero también en su interior tiene divisiones tales como:
La desigualdad social
Es palpable, se puede experimentar al cruzar de una calle a otra.
Según algunos organismos internacionales como Gini (indicador que mide la desigualdad económica en una sociedad), se resaltó que la desigualdad aumentó ligeramente, según el coeficiente de Gini (0.378 en 2023 frente a 0.376 en 2022). Esto indica que el crecimiento de los ingresos no fue equitativo, lo que podría limitar los beneficios sociales generales de la mejora económica.
La desigualdad urbana se incrementó, afectando la cohesión social y reflejando un desafío en la distribución de oportunidades económicas.
Una realidad de la cual no se puede salir con palabras. La República Dominicana figura entre los países con una tasa de desigualdad elevada.
En contraste con esta verdad, según el informe de ranking de la revista Global Finance, se posiciona a la República Dominicana en el quinto lugar en la región en términos de renta per cápita (per cápita es un término latino que se traduce como “por cabeza” y se utiliza en inglés para significar promedio por persona).

Según este informe, el país, por persona, no genera lo suficiente para salir del umbral de pobreza.
En ese sentido, un informe elaborado entre el Gobierno dominicano, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y el World Inequality Lab, detalla que el 10% de la población dominicana de menos ingresos percibe menos del 1% del ingreso nacional, mientras que el 10% de mayores ingresos percibe más de la mitad, con un 55%.
Es decir, los que tienen un sueldo mínimo reciben migajas, mientras que los que tienen un sueldo de lujo se alimentan con lo mejor de la mesa.
Estas cifras sólo ponen en contexto una realidad de la que nadie quiere hablar: un mundo paralelo existe en la República Dominicana.

El que goza de privilegios tales como colegiaturas, sistema de salud digno, seguridad y otras exoneraciones.
El otro es aquel que tiene que ir a buscar un turno de madrugada para ser atendido en un hospital, pelear para que le inscriban los hijos en la escuela y defenderse por sí mismo, entre otros sinsabores.
Un mundo paralelo: las dos caras de una misma moneda, dos verdades muy distintas.
La desigualdad social es una realidad que incluye todo un sistema fracturado, que le quita a los indefensos y beneficia a los ricos.
Resto de la región
Resto de la regiónEn América Latina y el Caribe (LAC), por su parte, el 50% más pobre de la población se lleva el 10% de los ingresos, mientras el 10% más rico recibe el 55%. Incluso, en términos de riqueza, la concentración es mucho mayor: el 10% más rico acumula el 77% de la riqueza y el 50% más pobre solo el 1%.
Factores que inciden en la desigualdad social
Desigualdad de género
Las mujeres enfrentan desigualdades en todos los ciclos de vida, desde la distribución del ingreso hasta la participación en el mercado laboral. Las mujeres tienen una menor tasa de participación laboral, y las que están empleadas se concentran en sectores con bajos salarios y condiciones precarias.
Pobreza
La pobreza es un factor clave en la desigualdad social en República Dominicana, especialmente en las zonas rurales. La falta de inversión en infraestructura y la desigualdad económica limitan el acceso a servicios básicos, afectando la salud y el bienestar de los hogares más pobres.
Acceso a la seguridad social
La economía del país no genera suficientes empleos formales, lo que ha limitado el acceso de la población a la seguridad social. La población femenina es la más afectada, ya que tiene niveles de desempleo más altos y un salario promedio más bajo.
Un deseo no basta
El presidente Luis Abinader, el lunes 3 de junio del año en curso, en su encuentro semanal con los medios de comunicación, declaró: “Yo quiero en estos cuatro años luchar para eliminar la pobreza absoluta en la República Dominicana”.
Un deseo muy bonito, elogiable, pero al mandatario se le olvida que, mientras tanto, hay miles de personas que no tienen dónde dormir ni qué comer.
Los idealismos son buenos hasta cierto punto, pero el realismo es lo que se necesita hoy en día. Acción, no palabras.
