La República Islámica de Irán: una nación pacífica y responsable ante la humanidad

El Líder Supremo de la República Islámica de Irán ha declarado en múltiples ocasiones, de forma clara y categórica, que las armas nucleares no son garantía de seguridad, sino una amenaza tanto para la seguridad como para los intereses de las naciones. Irán cree firmemente que la verdadera seguridad y el poder político emanan de la legitimidad popular, la estabilidad interna y la justicia, y no del armamento de destrucción masiva. La experiencia histórica de los años noventa demostró que las naciones que se mantuvieron fieles a los principios de estabilidad y diálogo lograron preservar sus intereses nacionales. Hoy, ese mismo principio es el pilar fundamental de la política iraní.
Irán defiende un Medio Oriente libre de armas nucleares. Es el régimen sionista, con su arsenal nuclear no declarado y su conducta agresiva, quien siembra la inestabilidad en la región. A través del uso de la fuerza y del terrorismo de Estado, dicho régimen pretende imponer su hegemonía. El desplazamiento del pueblo palestino y el genocidio sistemático al que está siendo sometido son pruebas claras e irrefutables de ello.
A diferencia de las acusaciones maliciosas de sus enemigos, Irán nunca ha buscado destruir al régimen sionista por medios militares. El Líder Supremo ha propuesto una solución clara y humana al conflicto palestino:
Los verdaderos habitantes de Palestina —musulmanes, cristianos y judíos— deben participar en un referéndum libre y justo para decidir su sistema de gobierno, y los ocupantes extranjeros deben abandonar la tierra que han usurpado. Esta ha sido la posición fundamental de la República Islámica desde la Revolución y lo seguirá siendo.
Irán no es enemigo del judaísmo. La comunidad judía en Irán vive en plena seguridad, cuenta con sinagogas activas e incluso tiene representación en el Parlamento. Esta realidad demuestra claramente la distinción entre el judaísmo como religión divina y el sionismo como ideología expansionista y racista.
En los últimos doce días, el régimen sionista llevó a cabo un ataque directo y sin precedentes contra el territorio iraní, dejando un saldo de más de 1,062 mártires, entre ellos 126 mujeres, 47 niños, dos mujeres embarazadas y cuatro niños que murieron en brazos de sus madres. Más de 5,800 personas resultaron heridas, muchas de las cuales aún permanecen en unidades de cuidados intensivos.
Este régimen no mostró ningún respeto por los civiles e incluso bombardeó una prisión en plena hora de visitas familiares. Además, por primera vez en la historia, atacó una sesión del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, donde estaban presentes los presidentes de los tres poderes del Estado. Su objetivo era generar un vacío en la estructura del poder iraní, pero la firmeza del pueblo y la vigilancia de las instituciones de seguridad frustraron esta conspiración.
A pesar de estos crímenes, Irán evitó una escalada bélica. Su respuesta con misiles fue limitada, precisa y dentro del marco del derecho legítimo a la defensa. Irán nunca ha iniciado una guerra ni lo hará, pero defenderá su soberanía con firmeza ante cualquier agresión. Cabe destacar que Irán sabía que el sistema de defensa aérea del régimen sionista estaba al borde del colapso, pero en aras de evitar una crisis mayor, decidió detener su operación de represalia. Con ello, transmitió un mensaje claro al mundo y a Estados Unidos: Irán busca la paz, no la guerra.
Sin embargo, si el régimen sionista vuelve a atacar, la respuesta iraní será inmediata, contundente e inevitable. La República Islámica de Irán y su pueblo jamás se rendirán ante la opresión ni las amenazas.
Irán sostiene que el uso pacífico de la energía nuclear es un derecho legítimo de todos los pueblos. El acceso al ciclo de combustible nuclear para la producción de medicamentos, energía y el avance científico forma parte integral de la estrategia de desarrollo sostenible de Irán. El país ha reiterado que no tiene intención alguna de fabricar armas nucleares. En cambio, son aquellos
regímenes que poseen miles de ojivas nucleares, como Estados Unidos e Israel, los que deben rendir cuentas ante la comunidad internacional.
Estados Unidos, con más de 3,700 ojivas nucleares, e Israel, con al menos 90, representan una grave amenaza para la paz mundial. Frente a esto, Irán aboga por un mundo libre de armas nucleares y exige el desarme nuclear total del régimen sionista como condición indispensable para la estabilidad del Medio Oriente.
Es fundamental comprender que la ideología extremista del sionismo —que persigue el sueño colonial del “Gran Israel” desde el Nilo hasta el Éufrates— es la raíz de las guerras, la ocupación y el caos regional. Enfrentar este proyecto racista no es solo responsabilidad de Irán, sino una obligación de todos los pueblos libres y defensores de la justicia en el mundo.