Activista defiende derechos de los animales

Cuidar de estos ángeles, llenos de amor, es una tarea ardua; pero el compromiso con ellos es inquebrantable.
Santo Domingo.– Crecer en una familia campesina humilde y tradicional fue el primer paso para que la vida de la señora Olga Lagares tomara un rumbo diferente. Desde pequeña, en medio de los valores familiares, descubrió un amor inquebrantable por los animales.
A tan solo 4 años de edad, Olga ya recogía gatitos heridos y el amor que sentía por ellos era tan grande que no podía contener las lágrimas al ver a un ser tan indefenso en peligro. Sus padres, con su apoyo, le enseñaron a curarlos, darles amor y, sobre todo, nunca abandonar a los más necesitados, fueran humanos o animales.

El cariño por los animales creció con el tiempo y poco a poco fue involucrándose más en esta causa, encontrando una gran familia que compartía su amor por esos seres que no tienen voz. Pero hubo una raza que robó el corazón de la señora Olga: la de los chihuahuas. «Su fragilidad nos hizo ver en ellas una representación de los niños indefensos en la calle. Fue así como nos convertimos en La Mamá Chihuahueces», expresa.
En la actualidad, Lagares tiene una fundación sin fines de lucro dedicada a rescatar, rehabilitar y dar en adopción a animales callejeros. En una entrevista realizada por ojopublico.net, mencionó que, a lo largo de los años, ha sido testigo de innumerables casos de maltrato y abandono de estos pequeños ángeles.
«Hoy no pasa un día sin que recibamos un mensaje o una llamada de alguien pidiendo ayuda. Nos etiquetan, nos buscan y, sin dudarlo, nos lanzamos a salvarlos; porque, para mí, no se trata de lucro ni de reconocimiento, sino de puro amor. Verlos felices y fuera de peligro es nuestra mayor recompensa, aunque a veces nuestra salud y vida social se vean afectadas por la presión y el estrés», afirma.
Su hogar, que es un simple apartamento, se ha convertido en un refugio para aquellos que más lo necesitan. Actualmente, vive con 67 chihuahuas, 7 gatos (entre ellos tres ciegos) y chihuahuas con discapacidades físicas, algunos con dos patas, otros con tres y viejitos que necesitan cuidados constantes.
Activismo en la área política y social.
Su lucha no es solo con los animales, sino también con las autoridades. Lagares ha dedicado años a exigir el cumplimiento de la Ley de Protección Animal 248-12, llevándola a fiscalías, tribunales y participando en marchas para concienciar al gobierno y la sociedad sobre la importancia de proteger a los animales.
«No es solo un trabajo, es una misión que nos consume, pero que nos llena de una satisfacción profunda al ver cómo, poco a poco, se va logrando un cambio. Cada paso que damos, aunque pequeño, marca una diferencia. A veces parece que la batalla es cuesta arriba, pero no estamos solas en esta lucha. Más personas se suman cada día a la causa y juntas luchamos por un mundo más justo para aquellos que no tienen voz», explica.
El sueño de un país más justo para los animales.
El sueño de Olga Lagares es que este sea un país donde los animales sean tratados con el respeto que merecen, donde existan hospitales veterinarios públicos en cada provincia y donde la adopción sea la opción natural para todos. «Nuestro mayor anhelo es que la sociedad entienda que estos seres son una parte vital de nuestro mundo, una creación divina que debemos cuidar y proteger», manifiesta.
«El camino es largo, pero la esperanza nunca se apaga. La visión de un futuro donde los animales, especialmente los chihuahuas y otras razas vulnerables, encuentren un hogar lleno de amor y respeto sigue siendo nuestro motor. Cada rescate, cada caso ganado, es una victoria que nos acerca más a esa realidad», concluye.
A lo largo de su trayecto, la tarea nunca ha sido fácil, pero Olga Lagares tiene la satisfacción de saber que ha marcado la diferencia en la vida de esos pequeños seres que la impulsan a seguir adelante.