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Justicia para apaciguar el dolor

Santo Domingo

Como un ser humano ejemplar, un hombre de fe, un hijo, hermano y padre excepcional, así describen al segundo teniente de la Policía Nacional, Ramón Antonio Cabrera Ferrer, sus familiares y amigos.

A quien le quitaron la vida unos desaprensivos. El hecho ocurrió en la calle Juan Evangelista Jiménez, en el sector María Auxiliadora del Distrito Nacional.

Todo esto sucedió cuando Cabrera Ferrer se dirigía a buscar a uno de sus hijos a la escuela, fuera de servicio, en su sector. Mientras realizaba sus rutinas diarias, fue emboscado y le segaron la vida, sin darle oportunidad de defenderse, ni siquiera lo dejaron bajar del vehículo.

Una familia totalmente quebrantada y un vacío en el corazón de sus seres queridos es el resultado de la partida abrupta de Cabrera Ferrer.

En medio del dolor que envuelve a esta familia, sus allegados exigen que se haga justicia por la pérdida de su ser querido.

Cabrera Ferrer no solo era un oficial de la Policía Nacional, sino también ingeniero civil, profesaba la fe cristiana y era un ejemplo en su sector.

Este hecho ha conmocionado al país. Una persona que aportaba a la sociedad ya no está, mientras los asesinos permanecen libres.

El vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, no ha dado una respuesta concreta que brinde un poco de consuelo a los familiares de Cabrera Ferrer.

Un proceso de investigación lento aumenta aún más la incertidumbre en los corazones de los seres queridos del occiso.

Para apaciguar el dolor, sus familiares exclaman que se esclarezca todo lo ocurrido y que la justicia dominicana realice su papel como corresponde.

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