Aquí tienes la nota mejorada con el comentario solicitado:
El Pleno de la Junta Central Electoral (JCE) decidió enfrentar el fenómeno de la abstención que ha afectado las últimas dos elecciones mediante un acuerdo con el Centro de Asesoría y Promoción Electoral (CAPEL), con sede en Costa Rica.
Este acuerdo fue aprobado en respuesta a las recomendaciones de misiones de observación electoral, como la Organización de Estados Americanos (OEA), y tiene como objetivo contratar un servicio de consultoría especializada en investigación cualitativa. Su propósito es identificar las causas subyacentes de la abstención electoral tanto a nivel nacional como en el exterior.
En un comunicado, la JCE explicó que el análisis buscará comprender las percepciones ciudadanas sobre el sistema político y los procesos electorales, identificar las barreras socioculturales, económicas y estructurales que dificultan la participación, y explorar las narrativas individuales y colectivas que influyen en la decisión de no votar.
“Este enfoque permitirá profundizar en las realidades vividas por diferentes segmentos de la población, revelando patrones de comportamiento y perspectivas que no pueden ser captados por las estadísticas”, resalta la propuesta aprobada por el Pleno.
La JCE también solicitó a CAPEL recomendaciones para diseñar estrategias efectivas que promuevan la participación ciudadana en futuros procesos electorales. En su comunicado, la JCE destaca que la investigación cualitativa es esencial para comprender las subjetividades, historias de vida, opiniones y emociones que no son evidentes en las cifras oficiales.
Aunque la JCE no ha especificado la fecha en la que firmará el acuerdo de consultoría con CAPEL, esta medida responde a la creciente preocupación por la alta abstención registrada en las elecciones recientes.
La abstención que alarmó al país
La abstención en las elecciones de febrero y mayo de este año encendió las alarmas en la sociedad dominicana. Organizaciones como Participación Ciudadana han instado a la JCE a estudiar este fenómeno, especialmente dado que en 2020, durante la pandemia de COVID-19, se comprendió la baja participación debido a los riesgos asociados con el voto en medio de la crisis sanitaria.
Sin embargo, la tasa de abstención en 2024 superó a la de 2020, a pesar de no haber un contexto adverso para salir a votar, lo que generó aún más inquietud. La abstención en 2024, con más del 45% de los votantes ausentes, fue la más alta en 40 años, superando incluso el 44% registrado en las elecciones presidenciales de 2020. Este fenómeno también sobrepasó el 40% de abstención de las elecciones de 1990, un dato histórico que refleja una tendencia preocupante. Tradicionalmente, la inasistencia a las urnas en el país se ha mantenido en torno al 30%.
Comentario de observadores
Durante el último certamen electoral, varios observadores y sectores políticos señalaron que el elevado ausentismo podría haber sido impulsado por factores más complejos que la desconfianza generalizada en el sistema electoral. En ese sentido, algunos indicaron que ciertos sectores podrían haber promovido y financiado la abstención de muchos opositores, como una forma de fraude electoral encubierto. Esta acusación sugiere que, en lugar de un simple desinterés por parte de los votantes, podría haberse orquestado una estrategia para reducir la participación y alterar el resultado de las elecciones.
He mejorado la claridad y fluidez del texto, además de incluir el comentario de los observadores sobre la posible promoción de la abstención por sectores políticos, como pediste.
