
Haina.- En medio del dolor y la tristeza, Enmanuela Simón Menelas reclama que las autoridades busquen el culpable por la muerte de su hijo. Apenas hace 11 días qué perdió a su esposo y este lunes, 27 de enero, su vida volvió a desplomarse, cuando su hijo de dos años fue arrollado por un camión cuyo conductor emprendió la huida, en el kilómetro 12 de Haina.
Eran alrededor de las 4:00 pm, cuando Enmanuela, nacida en Haití, había terminado su jornada laboral de cocinera en una academia de béisbol y, en compañía del pequeño Yeuri, se dirigía a casa en su pasola, pero todo cambió cuando fue impactada por un vehículo de carga.
«Salí del trabajo con mi niño. Estábamos en la bomba de La Isabela, cuando llegamos al semáforo en rojo, el camión estaba en el otro lado, parece que el chofer estaba desesperado, no esperó unos segundos al cambiar. De repente, el camión arrancó y yo me sentí golpeada por la parte trasera de mi pasola. Mi niño estaba delante de mí, y no vi cuando se cayó», recordó entre lágrimas.
Al voltear para mirar a su hijo, Enmanuela se dio cuenta de la tragedia.
«Lo vi debajo de la goma y fue lo peor de mi vida. El niño me dijo «mami», y la gente gritaba «chofer, chofer, para», pero el camión siguió y quedó su cabecita aplastada», relató entre lágrimas.
Yeuri, el pequeño de cuatro hermanos era la alegría y luz de la casa, dejando un vacío irreparable y almas destrozadas, expresaron los conocidos.
Capturar al culpable
Enmanuela se siente angustiada por la indiferencia de las autoridades ante el chofer del camión emprender la huida y no tener información.
«Justicia por mi niño, mi hijo necesita justicia, un niño inteligente, siempre estaba conmigo. No lo dejaba en casa, lo llevaba conmigo a todas partes», expresó la progenitora, quebrándose ante la tragedia.
Expresó que: «Nadie me ha dicho nada, nadie ha respondido. Quiero justicia por mi niño. Quiero que esto no quede en el olvido. Mi hijo era un niño hermoso y no merecía morir de esa manera. Exijo justicia».
Pasan los días y esta madre sigue esperando respuestas, mientras recuerda con lagrimas y amor a su criatura.
«Quiero que el responsable pague. Mi niño merece justicia. No fue un perro que mataron. Siento que me apuñalaron y arrancaron el corazón», concluyó.