El “Plan Yinon” y la reconfiguración del Medio Oriente

Diversos informes estratégicos y de seguridad revelan la existencia de un peligroso proyecto que busca alimentar conflictos sectarios en Siria, Líbano e Irak. Este plan ha sido diseñado por Estados Unidos, detallado por el régimen sionista y financiado por países del Golfo Pérsico y como Arabia Saudita, Qatar y Emiratos Árabes Unidos. La ejecución operativa corre a cargo de grupos terroristas encabezados por Abu Muhammad al-Jawlani y su organización criminal.
Objetivos estratégicos del plan
Este proyecto forma parte de una estrategia más amplia conocida como la “reconfiguración del Medio Oriente”, cuyo objetivo principal es garantizar la seguridad de Israel mediante la fragmentación de los Estados vecinos en entidades étnicas y religiosas débiles y enfrentadas entre sí. Siria es el epicentro de esta estrategia.
1. El plan de Israel para Siria
El proyecto busca desmantelar el Estado central sirio y dividirlo en cantones sectarios fragmentados:
- Fragmentación territorial de Siria en cantones alauitas, sunitas, kurdos y drusos;
- Prolongación deliberada de la guerra civil para desgastar completamente al Estado y su ejército;
- Desarme estratégico de Siria, especialmente en lo relativo a sistemas de defensa que puedan representar una amenaza para Israel;
- Creación de una zona de amortiguamiento en el sur del país, a decenas de kilómetros del Golán ocupado;
- Apoyo a actores no estatales como milicias kurdas, drusas y tribus con intereses puramente económicos;
- Presión sobre Rusia para reducir su influencia en el Mediterráneo a través del territorio sirio.
2. Estrategia de Israel hacia la comunidad alauita
Israel percibe a los alauitas como el núcleo del poder militar y político del régimen sirio desde los tiempos de Hafez al-Asad. El objetivo no es su exterminio, sino su aislamiento geográfico y político:
- Alteración demográfica en la costa (Latakia y Tartús) mediante el ingreso de comunidades sunnitas, kurdas o turcomanas;
- En caso de colapso del Estado, convertir la zona costera en un cantón alauita autónomo para impedir una futura recuperación militar de la comunidad;
- Apoyo tácito a la permanencia alauita en la costa, alejándola de Damasco;
- Propuestas para vincular regiones del norte del Líbano (Trípoli, Akkar) al futuro “Estado de al-Jawlani” y así aislar aún más a los alauitas del mar.
3. Política israelí hacia los drusos de SuwaidaIsrael considera a los drusos de Siria como una extensión sociocultural de los drusos del Golán y Palestina, y vigila estrechamente los acontecimientos en Jabal al-Arab:
- Apoyo implícito a un modelo de autogobierno o federalismo en Suwaida para mantenerla al margen del conflicto armado;
- Fortalecimiento de figuras religiosas con tendencias autonomistas como el jeque al-Hijri;
- Creación de una entidad drusa neutral o alineada con los intereses israelíes en el sur de Siria;
- Utilización de los drusos como un “muro de contención” entre la mayoría sunnita y el Estado israelí;
- Establecimiento de canales de comunicación indirecta con líderes locales, similar a los mecanismos empleados con los drusos del Golán.
Fuentes y documentos que sustentan este plan:
- “Plan Yinon” (1982): Documento estratégico israelí que propone la fragmentación del mundo árabe;
- Estudios de los centros RAND y Brookings sobre la división sectaria de Siria;
- Informes del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) de Tel Aviv sobre el futuro sirio;
- Declaraciones de figuras israelíes como Avigdor Lieberman y Ehud Barak sobre los alauitas y los drusos;
- Documentos filtrados por WikiLeaks sobre escenarios de partición regional.
Conclusión
El objetivo de Israel no se limita a ocupar una parte del territorio sirio, sino a destruir su cohesión interna y bloquear cualquier posibilidad futura de reconstrucción nacional o resistencia. A través de la promoción de entidades sectarias hostiles entre sí, Israel pretende mantener a Siria atrapada en conflictos internos perpetuos, impidiendo su reunificación y fortalecimiento. En este escenario, las minorías como alauitas, drusos, kurdos y cristianos se convierten en víctimas y herramientas de un proyecto mayor: la supervivencia del sionismo mediante el debilitamiento total de su entorno regional.