
Santo Domingo, RD.- La Navidad en la República Dominicana es una de las festividades más esperadas del año, no solo por la celebración religiosa y familiar, sino también por el festín de platos tradicionales que adornan las mesas de Nochebuena.
En esta noche especial, las familias se reúnen para compartir momentos de unión y agradecimiento, y la comida juega un papel fundamental en esta tradición.
Desde el olor de los pavo asado hasta el dulce sabor de los postres, cada plato refleja la herencia cultural y la calidez de la isla.
El Pavo: El Rey de la Mesa
Este es el protagonista de la cena, preparada con una mezcla de especias locales que le dan un sabor único. Tradicionalmente, el pavo se adereza con ajo, cebolla, orégano, comino y jugo de naranja agria, antes de ser cocido lentamente al horno.

La ensalada rusa, una mezcla de papas, zanahorias, huevos y mayonesa, es otro de los platos que no pueden faltar en una Nochebuena dominicana. Aunque su origen no es exclusivo de la isla, la ensalada rusa ha sido adaptada por los dominicanos y se ha convertido en un plato imprescindible en las celebraciones navideñas.
•El Arroz con maíz
•El Moro de habichuelas.
•El moro de gandules.
Aunque los platos mencionados son esenciales en la Nochebuena, en muchas casas también se sirven.
Los Postres: Dulces que Cautivan
La noche culmina con la variedad de postres que adornan la mesa, los más populares incluyen el bizcocho de frutas , una receta tradicional que se prepara con frutas, arroz con leche , que se sirve frío y es un dulce que llena de nostalgia a todos, las galleticas de Navidad, el flan y las bebidas, El Ron y el Ponche son bebidas que terminan de hacer especial la fiesta gastronómica.

La mesa de Nochebuena en República Dominicana es un reflejo de la cultura del país, donde los sabores autóctonos se mezclan con tradiciones traídas de otras latitudes.
Cada plato es una expresión de la generosidad y hospitalidad de los dominicanos, que, más allá de la comida, celebran el compartir y la unión familiar.
En cada bocado, se percibe no solo el gusto, sino también el amor que se pone en cada preparación. La Nochebuena en la isla es, sin duda, un festín que deja una huella imborrable en el corazón y el paladar.