Ojo Público informa

Opinión

Abogados y literatura


El abogado en la literatura y la historia: guardianes de la justicia y la libertad

Por Julio Cesar Castaños Guzman

Los abogados son tan fundamentales en la sociedad que, por sí mismos, se han convertido en personajes imprescindibles en la literatura de todos los tiempos. Están investidos, por antonomasia, del papel de defensores de la libertad, el honor y el patrimonio de las personas, los bienes más preciados del ser humano.

Como decía el jurista Triboniano, el objeto del derecho es: “Dar a cada quien lo suyo, no perjudicar a nadie y vivir decentemente”.

Shakespeare y la crítica al poder absoluto

En su obra Enrique VI, Parte II, Acto IV, Shakespeare hace referencia a la Rebelión de Cade (1450) y presenta a uno de los conspiradores, Dick The Butcher, quien, en un arrebato de tiranía, expresa: “La primera cosa que haremos es matar a todos los abogados”. Esto se debe a que, como defendemos, los abogados a menudo son vistos como un obstáculo para los gobiernos absolutistas y violadores de los derechos humanos, razón por la cual, en contextos autoritarios, es probable que sean perseguidos.

Fidel Castro y la autodefensa en el juicio del Moncada

Tad Szulc, en su biografía Fidel: un retrato crítico, describe una faceta interesante de Fidel Castro como abogado, especialmente en el contexto de su autodefensa durante el juicio por el asalto al cuartel Moncada, ocurrido en 1953. En ese juicio, Castro alternaba entre el banquillo de los acusados y el estrado como defensor, defendiendo su causa contra el régimen dictatorial de Fulgencio Batista. Este proceso culminó con el famoso discurso “La historia me absolverá”, que se convertiría en la base histórica y filosófica de la Revolución Cubana, un discurso que, más allá de su retórica, defiende los derechos humanos y políticos, elementos que han perdurado hasta la actualidad.

El abogado embaucador en la literatura

El abogado embaucador y mentiroso aparece también en la novela El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez. En ella, un leguleyo se presenta como un mandatario reclamante que engaña al coronel, veterano de guerra, dándole falsas esperanzas sobre los trámites para su pensión, un dinero que nunca llega. Este tipo de personajes, que se aprovechan de la confianza de las personas, ha sido recurrente a lo largo de la historia, contribuyendo a la desconfianza hacia ciertos abogados.

La abogacía en la Revolución Francesa y la crítica de Tomás Moro

En tiempos de la Revolución Francesa, la abogacía fue vista con desdén. La Ley del 3 Brumario de 1793 proscribió a los abogados, pero el Decreto de 1810 restableció la profesión, ante el temor de la anarquía derivada de la falta de un profesionalismo estructurado. En su Utopía, Santo Tomás Moro hace una crítica radical al sistema legal, afirmando que en su sociedad ideal no hay abogados y que los tribunales son más directos, buscando evitar la proliferación de leyes que la gente no puede entender. Si bien estas ideas pueden parecer utópicas e improbables, también constituyen una crítica válida a la multiplicidad de interpretaciones jurídicas que, a menudo, permiten a jueces y abogados manipular la ley según los intereses de las partes involucradas.

La interpretación de las leyes y la persuasión según Aristóteles

En su obra Retórica, Aristóteles señala que, aunque una persona pueda ser culpable de un crimen, las motivaciones detrás de sus acciones pueden influir en la decisión judicial. El filósofo sugiere que las preguntas complejas no deben responderse de forma impulsiva; en lugar de ello, deben abordarse con una explicación que considere las circunstancias atenuantes. Además, Aristóteles subraya la importancia del carácter del orador, señalando que «casi es el talante personal quien constituye el más firme medio de persuasión».

El caso de Guy de Maupassant: la sinceridad como defensa

La obra El asesino de Guy de Maupassant presenta a un joven abogado que, a través de un discurso sincero y detallado, logra exculpar a su cliente de la acusación de asesinato. En lugar de negar el hecho, el abogado presenta un análisis exhaustivo de las circunstancias que llevaron al crimen, argumentando que el acto fue una respuesta a una provocación excesiva, lo que llevó a una legítima defensa.

Francisco del Rosario Sánchez: un abogado y mártir nacional

Una de las defensas más conmovedoras de la historia dominicana fue la de Francisco del Rosario Sánchez, quien, antes de ser fusilado el 4 de julio de 1861 en la Plaza Pública de San Juan de la Maguana, se declaró responsable de la rebelión contra la anexión de la República Dominicana a España, exculpando a sus compañeros. En sus propias palabras: “Magistrado Presidente… sé que todo está escrito. Desde este momento seré yo el abogado de mi propia causa”. Su defensa, llena de honor y dignidad, no solo conmocionó a los presentes, sino que se convirtió en un símbolo de la lucha por la soberanía nacional.

Como relata el historiador y abogado dominicano Américo Moreta Castillo, en su discurso Hitos en la vida de Francisco Sánchez, Abogado y Padre de la Patria, su actitud frente a la muerte y su firmeza al cuestionar la legalidad del juicio reflejan la ética y el honor de un verdadero abogado, dispuesto a defender su país hasta el último aliento. Antes de recibir la ejecución, Sánchez pidió ser envuelto en la bandera dominicana, símbolo de su sacrificio, que también quedó atravesada por las balas, consagrando su martirio en el patriotismo de su sangre.

Conclusión: el abogado como símbolo de justicia y resistencia

El sacrificio de Francisco Sánchez, como el de muchos otros abogados en la historia, representa el más alto compromiso con la justicia, la libertad y la soberanía. A través de su valentía y ética, demostró que la verdadera defensa no solo radica en las leyes, sino en la dignidad humana y el derecho a la autodeterminación. Así, la figura del abogado sigue siendo esencial para la preservación de los valores democráticos y los derechos humanos en cualquier sociedad.


Deja una respuesta

Botón volver arriba
Ojo Público acceso mundial »
Send this to a friend