CIUDAD DEL VATICANO.- Siria puede alcanzar estabilidad y paz después de años de dura guerra. Esta es la esperanza del papa Francisco, quien este jueves dedicó sus pensamientos a este país, que enfrenta una difícil transición tras la caída de Bashar al Assad.
El Medio Oriente sigue siendo una de las principales preocupaciones del Pontífice, con especial atención a la pequeña comunidad cristiana que vive en esta región, marcada por conflictos que se perpetúan desde hace años.
En este contexto, Francisco recibirá al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, en el Vaticano; mientras que el viernes se reunirá con el primer ministro libanés Najib Mikati. Se trata de encuentros clave para la diplomacia vaticana, que trabaja con paciencia y perseverancia para intentar restablecer los caminos del diálogo en una zona donde, desde hace más de un año, se han intensificado las tensiones y las hostilidades.
«Estoy siguiendo lo que sucede en Siria en este momento tan delicado de su historia. Espero que se alcance una solución política que promueva la estabilidad y la unidad del país, sin más conflictos ni divisiones; y que se haga de manera responsable», dijo el Papa al final de su discurso en la audiencia general de hoy.
Asimismo, aseguró que sus oraciones son para que «el pueblo sirio pueda vivir en paz y seguridad en su amada tierra».
Además, el argentino Jorge Mario Bergoglio lanzó un llamamiento: «Las diferentes religiones pueden caminar juntas en la amistad y el respeto mutuo por el bien de esta nación, afligida por tantos años de guerra».
El respeto a las minorías, que siempre estuvo garantizado en Siria, es una de las principales preocupaciones de la comunidad cristiana. «Se pueden criticar muchas cosas sobre el régimen de Assad, pero hay que tener en cuenta un hecho concreto», subrayó el nuncio en Damasco, el cardenal Mario Zenari, en una entrevista con Famiglia Cristiana: «Siria está rodeada de Estados teocráticos en los que se aplica la sharia islámica».
